Cuando decides comprar un auto nuevo, lo más importante para conservarlo en buen estado es darle el mantenimiento adecuado. Entre las tareas esenciales que debes realizar, está la inspección del aceite de motor. Este fluido cumple un rol clave en el rendimiento de tu vehículo, ya que lubrica las piezas internas y reduce el desgaste del sistema.

Pero, ¿qué pasa si no sabes cómo se revisa el aceite de motor? ¡Tranquilo! Aunque puede parecer complicado, en realidad es un procedimiento sencillo que puedes hacer tú mismo. Aquí te damos 6 consejos prácticos para hacerlo con total seguridad.

1. Consulta el manual de tu vehículo

El primer paso siempre es leer el manual del vehículo. Allí descubrirás el tipo de aceite que necesita y cada cuánto deberías verificarlo. También encontrarás detalles sobre cómo identificar si el nivel es bajo y cuál es la medida adecuada que debe marcar la varilla.

Si tu auto es moderno, seguro cuenta con sensores electrónicos que muestran el nivel en el tablero. Por otro lado, si es un modelo más antiguo, necesitarás usar la varilla manual. En cualquier caso, seguir lo que indica la guía te dará la seguridad de realizar un buen control del aceite de motor.

Además, ahí mismo verás la viscosidad recomendada. Usar un lubricante distinto al indicado puede afectar el rendimiento y acelerar el desgaste del propulsor. Antes de añadirlo, asegúrate de que sea el producto que corresponde a tu automóvil.

2. Estaciona tu auto en un lugar nivelado

Para obtener una medición precisa, estaciona el carro sobre una superficie plana. Si lo haces en una pendiente, la lectura se alterará y podrías añadir más o menos aceite del que necesita tu motor.

Asimismo, es importante que dejes reposar el vehículo hasta que la temperatura baje. De este modo, evitarás quemaduras al tocar piezas calientes y dejarás que el fluido regrese al cárter. Una vez cumplida esta fase, abre el capó y sigue el proceso recomendado en el manual.

Te aconsejamos revisar el nivel unos minutos después de apagar el automóvil. Ese tiempo extra facilita que el líquido se asiente bien, dándote un resultado más preciso y bajando el riesgo de cometer errores.
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3. Revisa el nivel y el color del aceite

Con el motor apagado, saca la varilla, límpiala con un paño, vuelve a insertarla y retírala para ver el nivel. La medida debe estar entre las marcas de mínimo y máximo. Si está por debajo, es momento de agregar más aceite.

Aparte de fijarte en la cantidad, comprueba el aspecto. Un lubricante en buen estado suele ser marrón oscuro o negro, pero si notas que está espumoso o de color lechoso, puede haber una fuga de refrigerante. Del mismo modo, si detectas partículas metálicas, lo mejor es llevar tu auto al taller porque puede ser señal de un desgaste interno.

Toca una pequeña muestra entre tus dedos. El fluido debería sentirse suave, pero si notas que tiene grumos o está arenoso, es posible que haya acumulado residuos y necesite un cambio. Esta revisión sencilla te ayudará a anticipar problemas antes de que se vuelvan más serios.

4. Agrega aceite siguiendo el procedimiento correcto

Si descubres que el registro es bajo, usa solo el aceite que recomienda el fabricante. Abre el tapón del depósito, coloca un embudo y añade pequeñas cantidades. Después de cada recarga, verifica con la varilla para no superar el límite permitido.

Cuando alcances la medida adecuada, coloca la tapa en su lugar y cierra el capó. No esperes a que el líquido baje demasiado para rellenar, pues mantenerlo dentro del rango indicado es la mejor forma de cuidar el motor.

Recuerda que el exceso también es perjudicial. Un volumen mayor puede generar espuma, aumentar la presión interna y dañar los sellos. Por esta razón, insistimos en que lo añadas poco a poco.

5. Lleva un registro de las revisiones

Anotar cada evaluación del aceite de motor en un cuaderno o en tu celular es muy útil. Registra la fecha y el kilometraje para saber cuándo fue la última vez que revisaste o reemplazaste el lubricante. Así, podrás llevar un control más ordenado y programar los cambios con tiempo.

Un truco práctico es aprovechar cada visita a la estación de servicio para comprobar el fluido. Hacerlo con esa frecuencia te permitirá detectar cualquier fuga o consumo inusual y actuar de inmediato. De esta manera, evitas imprevistos y garantizas que el propulsor siempre esté bien protegido.

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6. Respeta los cambios de aceite programados

Verificar el nivel es importante, pero no reemplaza los cambios de aceite indicados en el manual del vehículo. Con el uso, el lubricante pierde sus propiedades y deja de ofrecer la resistencia necesaria contra el desgaste. Seguir el plan de mantenimiento es la mejor manera de asegurar que tu auto rinda al máximo.

Si tienes un motor diésel, percibirás que el líquido se vuelve negro casi de inmediato debido al hollín de la combustión. Eso no significa que esté dañado, pero sí que debes respetar los intervalos de renovaciones establecidas, ya que ignorarlos puede ocasionar fallas graves y costosas.

Como ves, estos pasos para revisar el aceite del motor son fáciles de seguir y afectan de forma positiva en la vida útil de tu carro. Si sigues estos consejos, tu automóvil funcionará mejor, durará más, evitarás gastos innecesarios en reparaciones y tendrás la tranquilidad de conducir con mayor seguridad en cada trayecto.

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